La esterilización es un proceso mediante el cual se eliminan de un objeto, en este caso, instrumental dental, todos los gérmenes que pueden ser patógenos para el paciente, evitando el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.

Por tanto, la esterilización de todo el instrumental que toca la boca del paciente es nuestra prioridad y por ello también debemos emplear la mayor cantidad de material desechable posible. Todo el material no desechable pasa por el siguiente proceso.

  1. En primer lugar, se empieza con lavado y limpieza para eliminar residuos adheridos.
  2. En segundo lugar, se da un proceso de desinfección en el que los instrumentos se sumergen en un líquido (un concentrado libre de aldehídos) dentro de una cuba de ultrasonidos.
  3. A continuación, se lavan y aclaran con abundante agua, se secan y se embolsan.
  4. Tras dicho proceso, se introduce todo el material embolsado en un autoclave y se esteriliza.

Tras esterilizarlo en el autoclave, el material permanece estéril y embolsado hasta que se abre delante del paciente. Las superficies que no se pueden esterilizar, se desinfectan con productos químicos líquidos.

Los objetos punzantes y restos de instrumentos cortantes (agujas, hojas de bisturí, etc.) se colocan en contenedores especiales que son desechados.