Es muy frecuente que los niños, debido a sus caídas, acudan a nuestra clínica con algún diente fracturado, normalmente suelen ser las paletas.

En caso de que  esto ocurra, lo primero es no perder la calma. Los padres se suelen alarmar mucho  puesto que es una zona que sangra bastante, ya que el golpe a veces, también afecta al labio. Para detener la hemorragia puedes comprimir la zona de la herida con un algodón o gasa impregnada en  agua oxigenada. Llamar lo antes posible al odontopediatra. Es importante que la consulta se produzca dentro de  la hora o dos horas siguientes al golpe.  En caso de se haya desprendido un trocito lo o incluso  la pieza entera, intenta conservarla en leche o en una gasa húmeda, nunca en seco.

Una vez  en la clínica, si es necesario se realizará una radiografía al niño  para valorar si el nervio está afectado. Si la rotura es solamente de un trozo se puede  pegar. Si se ha desprendido  la pieza entera (y está se ha conservado en condiciones óptimas)  se procederá a reimplantarla, colocándola en su lugar original.

En cualquier caso habrá que hacer una revisión al tiempo para ver como evoluciona dicha pieza.

Diente roto en un niño