Sensibilidad dental

La sensibilidad dental es el dolor o molestia que se produce debido a un desgaste de la superficie dental o retracción del tejido gingival. La causa más común en los adultos es la exposición de las raíces ante dicha retracción de las encías. Como estas raíces no están cubiertas con esmalte, los miles de canales diminutos que van al centro del nervio dental (pulpa) quedan expuestos. Cuando el calor, frío o una presión toca esos canales se produce el dolor o molestia.

No prestar atención a sus dientes sensibles puede derivar en otros problemas bucales. Una sensibilidad dental no tratada impide llevar a cabo una correcta higiene bucal, y puede derivar en otras patologías más graves como caries y a la enfermedad de las encías.

Sensibilidad dental

Factores que provocan la pérdida del esmalte

Los factores que provocan la retracción gingival  y en consecuencia la sensibilidad dental, son variados y suelen estar relacionados con los hábitos diarios:

  • Abrasión dental: consiste en la pérdida o desgaste del esmalte dental por el roce de un objeto externo.
  • Atrición bucal: este se produce por el contacto diente con diente en las caras de morder, lo que puede provocar una pérdida de esmalte.
  • Erosión dental: es la pérdida del desgaste del esmalte dental producida por acciones química.
  • Tratamientos odontológicos: cuando se realiza una tartrectomía (limpieza bucal), al eliminar la placa dental y el sarro.

¿Cómo prevenir la sensibilidad dental?

Es muy importante acudir al odontólogo y mantener un buen cuidado bucal para evitar problemas de sensibilidad bucal. Algunos consejos para evitar la sensibilidad dental:

  • Cepíllate los dientes con un cepillo de filamentos suaves.
  • Utiliza un gel dental poco abrasivo.
  • Usa seda o cinta dental para los espacios entre los dientes más cerrados y cepillos interproximales para espacios más abiertos.

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